jueves, 25 de agosto de 2022

La batalla en verso: los poetas mileniales frente a lo comercial, lo digital y lo viral

 

La batalla en verso: los poetas mileniales frente a lo comercial, lo digital y lo viral

La antología ‘Millennials: nueve poetas’, de Alba Editorial, pone bajo la lupa a una nueva generación en España. Cada vez se vende más poesía, ¿pero cuánto tiene que ver en ello la “poesía de Instagram” y cómo es recibida entre los autores y lectores más tradicionalistas?







¿Escriben distinto los nativos digitales? ¿Supone Internet un cambio en el contenido y la forma de los poemas, y no solo en su distribución? En La lira de las masas (Páginas de Espuma, 2019), Martín Rodríguez-Gaona defiende que, puesto que el público virtual no atiende a los viejos circuitos (editoriales de prestigio, Academia o poetas veteranos), la red habría dado lugar a lo que él llama “poesía pop tardoadolescente”, una escritura nueva que busca el entretenimiento y la identificación de sus lectores, pero que no se relaciona con la tradición (tampoco mediante la ruptura, así que no podría resultar realmente original). Millennials: Nueve poetas, la reciente antología de Gonzalo Torné para Alba Editorial, viene a desmentirlo. Según el antólogo, “la red acelera los primeros pasos del poeta, pero no impone ninguna marca en su escritura”.

Luna Miguel, una de las seleccionadas, lo explica así: “La influencia del mundo digital en la poesía contemporánea (la que leo publicada en papel y la que encuentro en Twitter Instagram) no deja de ser anecdótica. Más temática que formal. Hace diez años había quien podía escandalizarse de que en un poema apareciera la palabra WhatsApp, igual que imagino a la peña conservadora extrañándose cuando se empezó a mencionar la televisión en la literatura”. “Lo que se ha transformado”, indica Laia López Manrique, poeta, coordinadora de Revista Kokoro y docente, “es la imagen de los y las poetas, mediada por las demandas de lo virtual y de lo inmediato. ¿Pero eso altera el modo en que se fragua cualquier escritura? Para mí, desde luego, no.”



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En general, Internet habría modificado los hábitos de los lectores y también su manera de acceder a la poesía, aunque no la naturaleza de esta. Pero existen algunas excepciones: poetas como Juan de Beatriz, flamante Premio Emilio Prados por Cantar qué, que han aprovechado los avances tecnológicos y mediáticos y la proliferación de mundos virtuales para elaborar su poética. En sus palabras: “Si la red es una metáfora de la totalidad de lo real, el libro de tecnopoesía constituirá un ancho espacio, donde todo tenga cabida”. Además, Juan tiene una interesante teoría sobre el acercamiento de los jóvenes a la escritura poética que podría explicar su proliferación: “El joven actual genera una cantidad de textos sin precedentes, al margen de su calidad, rigor o función. Esta ingente cantidad de texting facilita un trasvase intuitivo e inmediato entre la escritura digital (cotidiana y funcional) y la escritura literaria. El pie de foto en Instagram, esa respuesta algo más meditada de WhatsApp o la reflexión apuntada a la carrera en las notas del móvil se convierten hoy, de modo muy natural, en el germen de un poema”.

Si la discusión sobre si existe o no una escritura específicamente milenial ya es, en según qué lugares, tensa; en estos mismos rincones de Facebook y de Twitter los ánimos terminan de encenderse cuando se toca el fenómeno de los superventas. Durante muchos años la broma había funcionado, porque, seguramente, se acercaba a la realidad (”¡en España hay más poetas que lectores de poesía!”); pero hoy existen libros de poemas que se exhiben en los escaparates de las librerías y que despachan miles de ejemplares. Según datos del Ministerio de Cultura, en 2019 (último año que recoge el Análisis sectorial del libro 2020) se editaron un 16,7% más de libros de poesía que el año anterior. En la última década, prácticamente cada año ha marcado un récord. La poesía llega cada año a más lectores y cada vez viaja más deprisa, y esta aceleración no podría entenderse sin Internet y las posibilidades que ofrece para que circulen los textos.

Muchos de sus autores (Defreds, Marwan, Irene X) cuentan con decenas o cientos de miles de seguidores en Instagram. Una de las editoriales que más superventas acumula en su catálogo es Espasa y una de sus editoras, Viviana Paletta, justifica así su éxito: “Considero que la repercusión masiva de ciertas publicaciones tiene que ver con la afectividad y con la sentimentalidad a flor de piel, plasmada de una forma accesible”. De manera más técnica, Juan de Beatriz desmenuza estos superventas: “Una de las singularidades del best seller es la autofagia referencial, el adanismo literario y la desconexión parcial con una determinada tradición estética. El manido yo lírico ahora, ha devenido en un yo hipertrofiado, autocomplaciente y naíf”. No obstante, no considera que este sea un fenómeno negativo: “En su día, la deglución mercantilista del género despertó ampollas en el mundillo poético, porque se trata de un ámbito muy rígido. No es mala cosa que el mercado editorial haya encontrado una bolsa de oxígeno”.

También en términos de mercado, Luna Miguel, con una larga experiencia dentro del mundo editorial, se muestra favorable y desarrolla: “Como en todos los géneros, en la poesía hay producciones más comerciales, más asequibles, más virales. Esto en narrativa lo entendemos muy bien, ¿por qué no en poesía? Decía Claudio López Lamadrid, mi maestro, que de los 10 autores que publicaba solo 1 o 2 le eran rentables, pero lo suficiente como para poder editar y promover la literatura de los otros 8. En parte, como escritores de nicho, debemos estar agradecidos a la viralidad de otras compañeras”.

Otro de los puntos más debatidos es el de si existe una transferencia de público que empiece consumiendo a los llamados “poetas de Instagram” y termine por acercarse a propuestas más exigentes. “Yo misma lo he vivido”, prosigue Luna. “Hay lectoras de Elvira Sastre o Irene X que han llegado a mí después de leerlas. Y quiero pensar que después de haber llegado a mí habrán podido acceder a Berta García Faet o a Elizabeth Duval”. Sin embargo, Laia López Manrique, en permanente contacto con sus alumnos, no es optimista a ese respecto: “Puede que haya una transferencia azarosa en algunos casos, pero no tengo ninguna confianza en que eso suceda como regla general. La literatura en la enseñanza secundaria, al menos en la escuela pública, se enseña poco y mal. No disponemos de tiempo ni de recursos suficientes para desarrollar un diálogo complejo al respecto. En ese contexto, la poesía es una hormiga que se ve lateralmente afectada, sí, pero no deja de ser un grano de arena más en un desierto”.

Hablar de poesía es también hablar de precariedad y de unas instituciones anticuadas, conservadoras y parciales. Por eso a Luna le molesta que todas las controversias ocurran del lado de los autores “y no sobre los nefastos sistemas de premios públicos, ni sobre la tensión entre las editoriales independientes y las grandes, ni tampoco sobre el peso de la academia sobre los que están empezando a publicar”. Laia señala que en el ámbito poético “los escritores, son quienes se ven obligados a hacer el trabajo de puente entre su propia obra y la visibilidad de la misma”. Algo cansado que nunca se menciona, y que ocurre porque “las instituciones privilegian unas pocas propuestas”. Con todo, editoriales valientes como La uÑa RoTa, Ultramarinos, Letraversal, Cántico o La Bella Varsovia (que acaba de incorporarse a Anagrama) se han consolidado como alternativa al “agotado paradigma editorial clásico” que “no huele ni de lejos las nuevas derivas estéticas de la poesía joven española”, en palabras de Juan.

Pero el mundo de la poesía también sale de sí mismo y se asoma a la realidad sobre (y desde) la que escribe. Siempre se podrán encontrar dos vetas: la de algunos poetas dedicados a revelar la oscuridad de las cosas mediante intuiciones, hallazgos y figuraciones existenciales y la de otros más atentos a su entorno, decididos a intervenir social o políticamente. Se podría decir que las poetas de este último grupo han alcanzado notables éxitos en los últimos tiempos, anticipando la centralidad del feminismo, practicándolo durante su actividad poética e incorporándolo a su discurso. Viviana expone: “La poesía es movilizadora, individual y socialmente. La verdadera poesía siempre ha cuestionado el estado de las cosas, los valores dominantes en cada tiempo. Y fue así en el feminismo, en el que tantas poetas se adelantaron a una lucha que hoy interpela a todos; y lo veo ahora en la ecopoesía o la escritura migrante: movimientos poéticos que llevan a un nuevo saber y al compromiso en muchos casos”.

El del feminismo es el caso paradigmático, el mejor ejemplo de cómo la poesía contemporánea puede alcanzar la conciencia de sus lectores. Luna confirma que la poesía permite intervenir en el debate público (además de generar debates íntimos), y de paso, para terminar, ofrece unas cuantas referencias: “Estoy convencida de que la poesía permite llegar a esos lugares. Al menos en la cuestión feminista, confío en los despertares que hayan podido causar Audre Lorde, Adirenne Rich, Forough Farrojzad, Anne Carson, Koleka Putuma o María Salgado”.


El País, ICON, 13.marzo.2022

La poesía de internet y sus guiños

 

La poesía de internet y sus guiños

3. Agosto.2022





Lo que hasta el día de hoy podemos conocer como ciberpoesía, o poesía creada y difundida a partir de los recursos que nos proporcionan las nuevas tecnologías, puede encontrar sus más importantes antecedentes con personajes de la talla del gran Guillaume Apollinaire, quien tomaba como inspiración el agua de lluvia; pero también hay una fuerte influencia de los llamados poetas concretistas, un movimiento de vanguardia europeo nacido en la década de los 50 y que tenía como principales características el uso de efectos gráficos, en donde la poesía se acercaba al lenguaje del diseño. Sin embargo, fue justamente el poeta y crítico literario francés más importante del siglo XIX, Mallarmé, quien utilizó recursos impregnados de “tecnología” para hacer del lenguaje un novedoso producto cultural, visual, gráfico y sonoro.
 
Hoy en día la ciberpoesía, o también llamada poesía electrónica, se caracteriza por el empleo de diversos recursos tecnológicos que van desde el hipertexto, la animación bi o tridimensional, hasta las más avanzadas interfaces de realidad virtual.
 
Evidentemente con el nacimiento de la ciberpoesía, surgieron varios personajes pertenecientes a generaciones nacidas entre 1980 y 1990; ciberpoetas de diferentes mundos y rangos cualitativos, pero en general muy conscientes de cómo la democratización y acceso indiscriminado a la red implica un medio para exponerse ante el mundo, así, tal cual y sin filtros.
 
En palabras de Rafael Morales Barba, filólogo experto y docente de la Universidad Autónoma de Madrid, la llegada de estas nuevas generaciones ha significado un aluvión de poemas de crisis, pulsiones afectivas o malestar inmediato, y del que los prosumidores (productores y consumidores) se alimentan día con día.Lo que queda muy claro, es que el prestigio de la poesía proviene del papel, aunque también hay que tener claro que el medio no hace al poema.
 
Hoy se pueden leer y escuchar a algunos de los íconos de esta nueva corriente, los influyentes Marwan, Luna Miguel o Elvira Sastre, por citar solo a algunos de los representantes del paisaje youtuber y otras redes sociales, quienes además de tener un inusual número de libros publicados en editoriales tanto importantes como independientes, forman parte de comunidades literarias cibernéticas siendo miembros de una red donde tejen sus versos miles de escritores más. Y justo ahí es donde podríamos encontrar los puntos negativos de la ciberpoesía, pues la saturación y la indiscriminación ayudan tanto a dejarse ver, como a mimetizarse y perderse entre tantos nombres y calidades dispares, porque aquí no hay antologías, como en el papel.
 
Es importante hablar de calidades, sin duda, y habrá que puntualizar que hay material de buena manufactura, teniendo en cuenta que los textos son publicados sin ningún filtro literario; sobran, por supuesto, los que son carentes de recursos o herramientas retóricas, y donde abunda  la autorrepresentación y temas tocados apenas en la superficie; estos conviven junto con otros que han llegado a la edición impresa (sin que esto implique necesariamente un salto cualitativo), como es el caso del español hijo de palestinos Marwan, quien además de cantar sus versos, tiene ya publicados y bien ubicados en las mesas de las librerías de los más vendidos, cinco manuscritos de poesía que han logrado enganchar a un sector de nuevos lectores que cada vez se van metiendo más al mundo de esta otra poesía y los puntos positivos que pueda traer.
 
Estas comunidades líricas, abiertas, múltiples y llenas de matices se caracterizan también por su participación en revistas digitales y talleres, webs y blogs como la Revista Kokoro, Voz Vértebra, la Antología de Poesía Futura o el seminario Euraca, cuyos editores están luchando por crear una nueva identidad generacional de cibernautas capaces de exigir ciberpoesía, en sus palabras, de calidad. 





martes, 19 de julio de 2016

La poesía se alía con la Red


La línea de los poemas claros, directos y precisos parece conquistar a una nueva generación de lectores. 

El ciberespacio ha contribuido a su propagación.


Alberto Manzano (izquierda), Marina Oroza y Javier Corcobado, antes de la lectura de poemas en la Feria del Libro. 



Hay una distancia imaginaria entre prosa y poesía que hoy parece más corta. Casi de repente, los poetas venden miles de ejemplares y sus lectores forman colas en la Feria del Libro de Madrid. Algo pasa en la poesía. Pasa que tienen que pasar todavía más cosas, según Manuel Vilas (1962), que acaba de reunir su obra poética desde 1980 y el pasado domingo llegó desatado al Retiro. “Los poetas tienen que dejar su pedestal absurdo” y contar el mundo como lo haría un periodista o un novelista, con un lenguaje “contundente, claro, preciso y literario a la vez”. Algunos han empezado a hacerlo, y el resultado es que “la poesía vuelve a las librerías y se venden miles y miles de ejemplares”. Se remite a Octavio Paz: “La poesía ha de salir de las catacumbas”.
Karmelo Iribarren (1959), cuyos versos vertiginosos caben en unas pocas letras, salió, y en plena Feria volvió a extrañarse “de la variedad de gente que me lee: jóvenes, viejos, trabajadores, catedráticos. Hasta algún crítico literario”. La poesía, “por más que les pese a algunos, no es un coto cerrado para amiguetes; es un lugar de encuentro”. En ese espacio inesperado ha sucedido lo impensable: que este género ha inventado lectores que no existían. De repente, son miles, y jóvenes. “Algo se ha removido, y me parece digno de mención, y quizá de estudio”, dice Jesús Munárriz, editor de Hiperión, cuya caseta se visita en la Feria como si fuese un templo.
Elvira Sastre, Diego Ojeda, Escandar Algeet, Victoria Ash, Marwan, Irene X o Defreds son nombres, en algunos casos vinculados a la canción, que llevan más de dos años transformando el modo de comprar poesía. Loreto Sesma (Zaragoza, 1996) llegará este fin de semana a la Feria para firmar 317 kilómetros y dos salidas de emergencia, con el que ha vendido más de doce mil ejemplares. De un modo distraído, distintos movimientos habían estado ocupando las calles, hasta que “el murmullo acabó convirtiéndose en un fenómeno gracias a los blogs,las redes sociales o, como en mi caso, YouTube”, señala. “La poesía ya no es lo que era, aunque bueno, en realidad nada lo es”, añade. De hecho, Vilas admite que a él lo ha influenciado más Lou Reed que Juan Ramón Jiménez. “Estamos ya en un territorio fronterizo”, en el que importa “ganar lectores para la poesía”. Y al fin está pasando.
El fenómeno asombra a los más incólumes. “Nunca, nunca, ni con Ángel González, ni con Miguel Hernández, ni con Gil de Biedma, ni con Machado, se acercó tanta gente a la poesía como ahora”, afirma Chus Visor, que editó su primer libro de poemas en 1968. En su catálogo también hay mucha cultura popular, como Bob Dylan, Leonard Cohen, Violeta Parra o Joaquín Sabina. Pero esto es diferente. “Me pregunto si estos jóvenes que compran tanta poesía seguirán leyendo dentro de cinco años, y si darán el salto a autores más exigentes”. Elena Medel (1985), una de las poetas más exquisitas de su generación e impulsora de la editorial La Bella Varsovia, admite que “en un principio creí que los lectores de una escritura se interesarían por la otra, pero cada vez me parece más evidente que no ocurrirá así, y que ambas discurren en paralelo”.
Munárriz aviva cierta esperanza en los lectores jóvenes. Cuando aparecen, siempre es posible que, en su entusiasmo, “un día descubran que existen Rilke, Rimbaud o Hölderlin”, y que la poesía, cuando es buena, lo será sin importar los siglos que pasen; es buena para siempre.
Luis Alberto de Cuenca (1950), Premio Nacional de Poesía en 2015 por Cuaderno de vacaciones y una de las voces más reivindicadas por los nuevos creadores, enfatiza que “la poesía es una manera de vivir la historia”, que no puede soslayar que la realidad es tecnológica. Internet y las redes se han vuelto herramientas para incidir en el entorno. Paradójicamente, los jóvenes autores no son sociales, sino intimistas. “Su poesía es neorromántica, fácil, cercana, hermosa, con una sensibilidad a flor de piel”. Su impacto, sea como fuere, cree que beneficia a la poesía en general. Elena Medel juzga que esta escritura clara y directa, quizá “más anclada en la música que en la literatura”, no está sirviendo para dar mayor visibilidad a la poesía más canónica. Salvo algún nombre con una trayectoria prolongada, aquélla “sobrevive como puede en las librerías más fieles”.
En tal escenario, la Feria del Libro llega como un milagro puntual. Con tantas librerías sin apenas sección de poesía, “aquí podemos mostrar todos nuestros títulos”, indica Chus Visor. De hecho, sólo en la Feria pasa algo tan fascinante, dice Munárriz, como que el primer día “se presenten algunos lectores y soliciten nuestro catálogo, que seguimos editando, y a la vuelta de unas jornadas regresen con los títulos que quieren subrayados”.



“LA INTENSIDAD TIENE QUE VER CON LA JUVENTUD”


Marcus Versus (1978), editor de los sellos Harpo y Ya lo dijo Casimiro Parker, asume que la poesía "se ha fortalecido con elementos musicales y teatrales, al más puro estilo juglar, pero su esencia se mueve por vertientes sólidas que evolucionan muy despacito". En el fondo, "espero de la poesía que no se utilice como arte puramente estético, sino para el mundo y las personas". Abelardo Linares, al frente de Renacimiento, incide en que los calendarios no miden adecuadamente el tiempo de la poesía: la llegada de "una nueva época" siempre se conoce "con retraso". Aunque la poesía nace de una “intensidad que tiene que ver con la juventud”.


Artículo original:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/06/09/actualidad/1465495221_846563.html



lunes, 27 de junio de 2016




La nueva poesía se escribe en la red


Sin prisa pero si pausa,jóvenes poetas se van creando su propio espacio y cada vez tienen más seguidores en las redes sociales

ARTÍCULO DE LA VANGUARDIA:  16 de Junio de 2016
http://www.lavanguardia.com/gente/20160618/402586006802/poetas-internet.html





En la época de los influencers y los youtubers no todo son vídeos o imágenes sobre videojuegos o moda en la red. Sin prisa pero si pausa,jóvenes poetas se van creando su propio espacio y cada vez tienen más seguidores en las redes sociales. Sin ir más lejos, a la poeta zaragozana Loreto Sesma se le quedaría pequeño el Camp Nou si quisiera reunir a todos sus seguidores en YouTube. Lo mismo les pasaría a sus compañeros Elvira Sastre, Sergio Carrión y Sara Bueno si juntaran a sus seguidores en las redes sociales más famosas. Internet ha permitido que se vayan creando pequeñas legiones de lectores en una época en la que se habla cada vez más de lo poco que leen nuestros jóvenes. Todos ellos coinciden en algo: internet puede ser un arma de doble filo, pero ayuda a fomentar la lectura entre las generaciones venideras. Elvira Sastre, que pertenece a una gran estirpe de ­maestros, afirma: “La gente ha descubierto una poesía nueva contemporánea que se entiende y es sencilla. Esto ha abierto la puerta a muchísima gente joven que es la que usa internet en su mayoría y ha potenciado la lec­tura”. Puede ser que el problema no sea de los profesores, sino de un sistema que no se preocupa de lo que interesa a los jóvenes ­lectores.
Pero vayamos a lo que nos atañe. Los mencionados cuatro poetas no llegan entre todos ni al centenario en cuanto a edad se refiere, pero ya han publicado como mínimo un libro. Además, se mueven como pez en el agua entre los puestos de las ferias de libros. Las redes sociales han tenido una importancia capital es su éxito; los editores han dejado de ser cazatalentos para permitir que las redes hagan su trabajo. Sin ellas, esta revolución no hubiera sido posible. Lo cuenta así el escritor valenciano Sergio Carrión: “Las redes sociales han sido el comienzo de una revolución poética. Hace seis o siete años esto era impensable, existían los blogs, pero no tenían tanto alcance como ahora Twitter, Facebook o YouTube”.
Esta es una oportunidad que les ha dado internet, pero también supone una gran responsabilidad por la cantidad de seguidores que día tras días suman y porque algunos de estos fans les toman como ejemplo vital. Esta circunstancia puede llegar a pesar sobre las espaldas de estos profesionales de la escritura pero inexpertos en la vida. La más joven de ellos, Loreto Sesma, describe esa responsabilidad de manera muy paradójica: “Soy un ejemplo a seguir, yo, que todavía estoy aprendiendo a lidiar con la vida, tengo 19 años y me queda todavía muchísima vida por delante. Da miedo que la gente te tome como un referente cuando ni siquiera tú sabes por dónde te da el aire”. Sus palabras desprenden una mezcla de inocencia y dulzura propias de alguien que está viviendo un sueño y no quiere despertar de él.
Uno de los aspectos más llamativos de este negocio es la cantidad de seguidores que les son fieles. Pero para estos autores lo más importante es que, después de media vida escribiendo (son jóvenes pero empezaron siendo niños), han encontrado alguien que les comprende, y se produce una sintonía entre autores y lectores que posiblemente nunca antes se había dado. Antes, si tenías suerte, podías intercambiar unas palabras con tu autor favorito en una firma de libros, pero a través de las redes están en contacto continuo con sus lectores y obtienen un feedback inmediato con el lector. Algo que para otros sería la peor de las pesadillas, ellos lo gestionan con naturalidad, exponen su vida en sus versos, pero se saben poseedores de una capacidad de transmitir sentimientos que hará que sus lectores se sientan plenamente identificados con lo que leen. “Al publicar algo te despojas de una parte de ti y la compartes con el resto, y el resto no lo relaciona directamente con mi persona, sino que se identifica con ello y lo hacen suyo, como si les hubiera pasado a ellos”. Sara Bueno comenta este sentimiento con la emoción de haber vivido recientemente su primer fin de semana de firmas en la feria del libro de Madrid.
Cada vez son más los que optan por conectarse a su canal de YouTube favorito para matar el tiempo libre en lugar de tirarse frente al televisor a ver lo primero que les echen. Los consumidores de contenidos tienen más alternativas de ocio y la poesía se ha creado su propio espacio. Más de 100.000 me gustaen Facebook, Instagram o YouTube son algunas de las cifras que manejan estos jóvenes autores, y lejos de asustarse han creado un movimiento literario propio de los grandes autores. Se saben lejos de Benedetti, Neruda o Bécquer, pero trabajan cada día con ilusión para seguir la estela de sus referentes.

En definitiva, estos poetas todavía no tienen la repercusión del Rubius o Auronplay (dos famosos youtubers españoles) pero están plantando la semilla de la lectura y la cultura en muchos adolescentes. Si los escuchan pueden llegar a pensar que sólo son cursiladas con buena música de fondo, pero si tienen la paciencia de seguir navegando entre sus voces llegará ese momento en el que se sentirán plenamente ­identificados con alguno de sus textos y vivirán por unos segundos esa mística que les hará creer que eso que escuchan forma parte de su vida.

miércoles, 1 de junio de 2016

CIUDAD DEL HOMBRE.... FONOLLOSA


Ha costado 69 años tenerlo completo... pero por fin José Ángel Cilleruelo y Edhasa lo han hecho posible.  Ahora vamos a leer a Fonollosa completo y en condiciones... 
Gracias, José Ángel y Daniel.



viernes, 29 de mayo de 2015


LA PERMANENCIA EN EL MUNDO DIGITAL

Y escribimos y dejamos todo expuesto a la vista de todos. Y no sabemos qué se hace con ello, quién lo mira, quién lo lee, qué piensa de ello.  Lo dejamos expuesto y ya está. Como los artistas que terminan la obra y la dejan por ahí, tirada, sin interesarse por su destino ni por su influencia en el resto de la humanidad.
Lo dejamos expuesto y ya está.

José Angel Cilleruelo lo cuenta en su bitácora EL VISIR DE ABISINIA:

"Qué difícil orientarse en el bosque de paradojas que rodea lo literario. Escribo unas palabras en un papel y sé que no hay nadie detrás, y sin embargo, la densidad de una tradición las abriga y les da sentido. Escribo en la pantalla otras palabras que al instante fluyen en la red y sé que inmediatamente alguien las lee, y sin embargo, con qué desamparo se quedan ahí, tiritando. Sale el libro de imprenta y apenas alcanza a un centenar de personas, y sin embargo el libro es una obra. Existe una bitácora, y es como si no existiera nada."

Estas sensaciones, de desamparo o desasosiego, son recurrentes en los artistas de la Red.

martes, 20 de mayo de 2014



LA BLOGOSFERA Y LOS POETAS - (3)


ISABEL BONO

- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


bueno, teniendo en cuenta que yo no cuelgo poemas
y que no me escribo con mis seguidores
no sé si puedo responder del todo a esto

no dejo que me dejen comentarios en los blogs,
con lo cual no mantengo correspondencia con mis lectores

a veces, alguno, me hace llegar un mail
pero rara vez
y ese mail se ciñe estrictamente al tema del blog

no es que no me interese lo que piensen
es que no quiero gastar más tiempo del necesario en esto

facebook te exige permanentemente que hagas cosas
(o esa fue mi sensación)

en facebook creo que prima más la conversación chorra
del tipo me gusta / no me gusta
qué estás pensando? rascarme la nariz, etc

estuve una semana en facebook y las conversaciones del muro
de algunos amigos
eran como los chats antiguamente
conversaciones idiotas
para distraerse, perder el tiempo

sin embargo, cuando alguien me ha escrito
para comentarme algo del blog
hablaba exclusivamente de esa entrada
o de algo que tuviera que ver con esa entrada
o para decirme: te gustaría tal cosa, lee tal cosa

las relaciones por mail
son mucho más intensas que en carta tradicional

los mails tiene la inmediatez del teléfono
y la intimidad de una carta

en una sola semana puedes saber más del otro
que de un amigo que conozcas hace 10 años

yo creo que si uno es medianamente listo
a los 3 mails se da cuenta de si tiene algo en común con el otro

hay algo capaz de traspasar los bytes

detallitos que se nos escapan y nos definen

hay que estar atento
eso sí



MARIO CRESPO


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?



Sí, es todo un avance. Gracias a ellos he conocido gente maravillosa. Y también me he llevado algún que otro chasco. Es el mundo de hoy: las relaciones virtuales funcionan más que las reales.




JOSÉ ANGEL CILLERUELO


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


Digamos que las redes sociales son un desarrollo a partir de un aspecto tangencial del blog. Lo principal del blog era el post, enriquecido con la capacidad de diálogo sobre el post. Ahí acababa el blog. Los usuarios empezaron a utilizar esta capacidad no solo para dialogar, sino también para relacionarse. Lo tangencial acabó siendo la razón principal. Y se crearon las redes sociales, donde no hay post, sino sólo comentarios. En el post podía colarse la literatura. En los comentarios sólo hay sociología. A la gente, en general, le interesa más la relación que el conocimiento. De ahí que las redes sociales se hayan extendido por todos los sectores sociales, y los blogs hayan perdido protagonismo.


            En mi caso, creo que la literatura debe alejarse lo máximo que le sea posible de la sociología. El blog permite no incluir comentarios ni hacer explícitas las relaciones, y siempre hago uso de esta posibilidad.


SONIA FIDES

- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


No tiene porqué ser así, a mí me gusta agradecer las lecturas, pero no trapaso nunca la pantalla. Es un enriquecimiento personal impecable porque la generosidad ajena te obliga a hilar cada vez más fino.



DAVID GONZÁLEZ


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


Siempre he pensado –y hablo de los poetas- que, al margen de su propia escritura, un poeta ha, y debe, compartir sus conocimientos con sus lectores, y ahora, gracias a los blogs y a las redes sociales, eso es posible. Y eso supone, de un lado, un enriquecimiento cultural tanto para el administrador del blog, como para sus lectores. Y asimismo, y como bien apuntas, supone un enriquecimiento social al conocer a nuevas personas y mantener correspondencia con ellas e intercambiar distintos puntos de vista. De hecho, al principio, en las webs o en los blogs, había muchos links, es decir, el administrador de la web o del blog, linkeaba en el suyo otras webs u otros blogs que eran de su interés. Y en ese sentido, los blogs desempeñan una función muy parecida al de las redes sociales, tipo Facebook.




MANUEL DEL BARRIO


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


No es un facebook, pero sí te permite conocer gente interesante. Además, el hecho de saber lo que opinan de tus poemas el resto de lectores, mola. Te permite mejorar más rápidamente. Es remarcable, pero no determina en ESENCIA lo que uno escribe, aunque, hubo un tiempo en el que me obligaba a mí mismo a escribir más a menudo porque sabía que tenía lectores en mi blog que lo estaban esperando. Ahora, me da igual. Por eso escribo menos. por eso soy menos feliz? puede ser.




ANA PÉREZ CAÑAMARES


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?



Sí. Absolutamente. Cuando salió mi primer poemario, ya había gente dispuesta a recibirlo, gente que me conocía por el blog. Hay personas con las que me escribo desde entonces (2005). Gente generosa, como decía antes, dispuesta a intercambiar propuestas, información, poemas, invitaciones a participar en todo tipo de proyectos. El autor (y el editor) ha bajado de su pedestal, y eso es bueno, bueno y bueno, y lo digo tanto desde el punto de vista del autor como del lector que también soy. Se han caído muchos prejuicios, nadie está ya por encima de nadie, ni es inaccesible. Todos tenemos derecho a escribir y todos tenemos derecho a opinar. Luego, cada uno a su criterio, hace un proceso de selección de lo que le interesa. Hay una comunicación que viaja en los dos sentidos, y que enriquece a ambos. Yo no podría haber aprendido una gran parte de lo que sé sin la colaboración de autores y lectores. Y aparte de lo literario, está, por supuesto, la compañía. Lo primero que un poema tiene que decir es: “tú no estás solo”. Y ahora es más cierto que nunca. El único problema es saber ponerle freno, más que nada por el tiempo; una no puede estar todo el día asomada a la ventana... Y aprender a decir no, porque ni el tiempo ni las fuerzas ni los intereses son infinitos. Pero ése es también un buen aprendizaje, al menos para mí.



JOAQUIN PIQUERAS GARCÍA


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?



Tú mismo te has respondido, efectivamente supone un enriquecimiento social importantísimo. Si un poeta te gusta porque lo has leído en su blog te puedes poner inmediatamente en contacto con él, y además está la opción de incluirlo en tu blog y promocionarlo. Mis poemas han circulado por blogs de todo el mundo, simplemente porque han gustado y eso supone una gran satisfacción para el autor, al tiempo de que te das cuenta  de que uno pone un poema en Internet y no sabe realmente el alcance que puede tener, las posibilidades son inmensas.




JORGE SÁNCHEZ


- Respecto a la correspondencia que genera el Blog, el conocer nuevas
personas con intereses confluyentes -al estilo de esta carta-, no es como,
digamos, un facebook del mundo poético..?  Relaciones nuevas, intercambio de
misivas instantáneas (no como antes, que era contestar las cartas y esperar
al buzón)...  es un enriquecimiento "social" remarcable...?


 Sí que conlleva, especialmente para los que detentamos una posición marginal en el campo poético, un enriquecimiento "social" remaracable. La Blogosfera te proporciona con cierta rapidez un cierto capital simbólico como dice Bourdieu (reconocimiento de lectores y pares). Eso es clave. El problema es que también la aceleración que impone te obliga, también, a acelerar la escritura para suministrar material a aquellos que te han reconocido y que, como no estás en ninguna posición canónica, puedes perder como lectores y personas que te reconozcan, con la misma rapidez y volatilidad que has conseguido. También, por otro lado, esta especie de "Facebook" tiene un problema: la mera acumulación de "seguidores", "amigos" o "admiradores" puede ser una fuente de prestigio vacía y provocar intercambios de amigos y seguidores con la única función de acrecentar el prestigio y la influencia del grupo al que te adscribes. ¿Qué pasa entonces si tus opiniones, textos o posicionamientos políticos no se identifican con los dominantes en el grupo del que formas parte? Que opera una suerte de "auto-censura" que te impide escribir ciertas cosas para no desentonar del "aire de familia" del grupo o bien, es mi caso, tienes vaivenes en la recepción de tuts textos porque no acabas de identificarte con ningún grupo en concreto. Como todo, tiene sus pros y sus contras.




Con todo mi sentido agradecimiento por su tiempo  - sorry for my lapsus-   y sus pensamientos a los autores: Isabel Bono, Mario Crespo, José Angel Cilleruelo, Sonia Fides, David González, Manuel del Barrio, Ana Pérez Cañamares, Cristina Morano, Joaquin Piqueras garcía, Jorge Sánchez