martes, 19 de julio de 2016

La poesía se alía con la Red


La línea de los poemas claros, directos y precisos parece conquistar a una nueva generación de lectores. 

El ciberespacio ha contribuido a su propagación.


Alberto Manzano (izquierda), Marina Oroza y Javier Corcobado, antes de la lectura de poemas en la Feria del Libro. 



Hay una distancia imaginaria entre prosa y poesía que hoy parece más corta. Casi de repente, los poetas venden miles de ejemplares y sus lectores forman colas en la Feria del Libro de Madrid. Algo pasa en la poesía. Pasa que tienen que pasar todavía más cosas, según Manuel Vilas (1962), que acaba de reunir su obra poética desde 1980 y el pasado domingo llegó desatado al Retiro. “Los poetas tienen que dejar su pedestal absurdo” y contar el mundo como lo haría un periodista o un novelista, con un lenguaje “contundente, claro, preciso y literario a la vez”. Algunos han empezado a hacerlo, y el resultado es que “la poesía vuelve a las librerías y se venden miles y miles de ejemplares”. Se remite a Octavio Paz: “La poesía ha de salir de las catacumbas”.
Karmelo Iribarren (1959), cuyos versos vertiginosos caben en unas pocas letras, salió, y en plena Feria volvió a extrañarse “de la variedad de gente que me lee: jóvenes, viejos, trabajadores, catedráticos. Hasta algún crítico literario”. La poesía, “por más que les pese a algunos, no es un coto cerrado para amiguetes; es un lugar de encuentro”. En ese espacio inesperado ha sucedido lo impensable: que este género ha inventado lectores que no existían. De repente, son miles, y jóvenes. “Algo se ha removido, y me parece digno de mención, y quizá de estudio”, dice Jesús Munárriz, editor de Hiperión, cuya caseta se visita en la Feria como si fuese un templo.
Elvira Sastre, Diego Ojeda, Escandar Algeet, Victoria Ash, Marwan, Irene X o Defreds son nombres, en algunos casos vinculados a la canción, que llevan más de dos años transformando el modo de comprar poesía. Loreto Sesma (Zaragoza, 1996) llegará este fin de semana a la Feria para firmar 317 kilómetros y dos salidas de emergencia, con el que ha vendido más de doce mil ejemplares. De un modo distraído, distintos movimientos habían estado ocupando las calles, hasta que “el murmullo acabó convirtiéndose en un fenómeno gracias a los blogs,las redes sociales o, como en mi caso, YouTube”, señala. “La poesía ya no es lo que era, aunque bueno, en realidad nada lo es”, añade. De hecho, Vilas admite que a él lo ha influenciado más Lou Reed que Juan Ramón Jiménez. “Estamos ya en un territorio fronterizo”, en el que importa “ganar lectores para la poesía”. Y al fin está pasando.
El fenómeno asombra a los más incólumes. “Nunca, nunca, ni con Ángel González, ni con Miguel Hernández, ni con Gil de Biedma, ni con Machado, se acercó tanta gente a la poesía como ahora”, afirma Chus Visor, que editó su primer libro de poemas en 1968. En su catálogo también hay mucha cultura popular, como Bob Dylan, Leonard Cohen, Violeta Parra o Joaquín Sabina. Pero esto es diferente. “Me pregunto si estos jóvenes que compran tanta poesía seguirán leyendo dentro de cinco años, y si darán el salto a autores más exigentes”. Elena Medel (1985), una de las poetas más exquisitas de su generación e impulsora de la editorial La Bella Varsovia, admite que “en un principio creí que los lectores de una escritura se interesarían por la otra, pero cada vez me parece más evidente que no ocurrirá así, y que ambas discurren en paralelo”.
Munárriz aviva cierta esperanza en los lectores jóvenes. Cuando aparecen, siempre es posible que, en su entusiasmo, “un día descubran que existen Rilke, Rimbaud o Hölderlin”, y que la poesía, cuando es buena, lo será sin importar los siglos que pasen; es buena para siempre.
Luis Alberto de Cuenca (1950), Premio Nacional de Poesía en 2015 por Cuaderno de vacaciones y una de las voces más reivindicadas por los nuevos creadores, enfatiza que “la poesía es una manera de vivir la historia”, que no puede soslayar que la realidad es tecnológica. Internet y las redes se han vuelto herramientas para incidir en el entorno. Paradójicamente, los jóvenes autores no son sociales, sino intimistas. “Su poesía es neorromántica, fácil, cercana, hermosa, con una sensibilidad a flor de piel”. Su impacto, sea como fuere, cree que beneficia a la poesía en general. Elena Medel juzga que esta escritura clara y directa, quizá “más anclada en la música que en la literatura”, no está sirviendo para dar mayor visibilidad a la poesía más canónica. Salvo algún nombre con una trayectoria prolongada, aquélla “sobrevive como puede en las librerías más fieles”.
En tal escenario, la Feria del Libro llega como un milagro puntual. Con tantas librerías sin apenas sección de poesía, “aquí podemos mostrar todos nuestros títulos”, indica Chus Visor. De hecho, sólo en la Feria pasa algo tan fascinante, dice Munárriz, como que el primer día “se presenten algunos lectores y soliciten nuestro catálogo, que seguimos editando, y a la vuelta de unas jornadas regresen con los títulos que quieren subrayados”.



“LA INTENSIDAD TIENE QUE VER CON LA JUVENTUD”


Marcus Versus (1978), editor de los sellos Harpo y Ya lo dijo Casimiro Parker, asume que la poesía "se ha fortalecido con elementos musicales y teatrales, al más puro estilo juglar, pero su esencia se mueve por vertientes sólidas que evolucionan muy despacito". En el fondo, "espero de la poesía que no se utilice como arte puramente estético, sino para el mundo y las personas". Abelardo Linares, al frente de Renacimiento, incide en que los calendarios no miden adecuadamente el tiempo de la poesía: la llegada de "una nueva época" siempre se conoce "con retraso". Aunque la poesía nace de una “intensidad que tiene que ver con la juventud”.


Artículo original:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/06/09/actualidad/1465495221_846563.html



lunes, 27 de junio de 2016




La nueva poesía se escribe en la red


Sin prisa pero si pausa,jóvenes poetas se van creando su propio espacio y cada vez tienen más seguidores en las redes sociales

ARTÍCULO DE LA VANGUARDIA:  16 de Junio de 2016
http://www.lavanguardia.com/gente/20160618/402586006802/poetas-internet.html





En la época de los influencers y los youtubers no todo son vídeos o imágenes sobre videojuegos o moda en la red. Sin prisa pero si pausa,jóvenes poetas se van creando su propio espacio y cada vez tienen más seguidores en las redes sociales. Sin ir más lejos, a la poeta zaragozana Loreto Sesma se le quedaría pequeño el Camp Nou si quisiera reunir a todos sus seguidores en YouTube. Lo mismo les pasaría a sus compañeros Elvira Sastre, Sergio Carrión y Sara Bueno si juntaran a sus seguidores en las redes sociales más famosas. Internet ha permitido que se vayan creando pequeñas legiones de lectores en una época en la que se habla cada vez más de lo poco que leen nuestros jóvenes. Todos ellos coinciden en algo: internet puede ser un arma de doble filo, pero ayuda a fomentar la lectura entre las generaciones venideras. Elvira Sastre, que pertenece a una gran estirpe de ­maestros, afirma: “La gente ha descubierto una poesía nueva contemporánea que se entiende y es sencilla. Esto ha abierto la puerta a muchísima gente joven que es la que usa internet en su mayoría y ha potenciado la lec­tura”. Puede ser que el problema no sea de los profesores, sino de un sistema que no se preocupa de lo que interesa a los jóvenes ­lectores.
Pero vayamos a lo que nos atañe. Los mencionados cuatro poetas no llegan entre todos ni al centenario en cuanto a edad se refiere, pero ya han publicado como mínimo un libro. Además, se mueven como pez en el agua entre los puestos de las ferias de libros. Las redes sociales han tenido una importancia capital es su éxito; los editores han dejado de ser cazatalentos para permitir que las redes hagan su trabajo. Sin ellas, esta revolución no hubiera sido posible. Lo cuenta así el escritor valenciano Sergio Carrión: “Las redes sociales han sido el comienzo de una revolución poética. Hace seis o siete años esto era impensable, existían los blogs, pero no tenían tanto alcance como ahora Twitter, Facebook o YouTube”.
Esta es una oportunidad que les ha dado internet, pero también supone una gran responsabilidad por la cantidad de seguidores que día tras días suman y porque algunos de estos fans les toman como ejemplo vital. Esta circunstancia puede llegar a pesar sobre las espaldas de estos profesionales de la escritura pero inexpertos en la vida. La más joven de ellos, Loreto Sesma, describe esa responsabilidad de manera muy paradójica: “Soy un ejemplo a seguir, yo, que todavía estoy aprendiendo a lidiar con la vida, tengo 19 años y me queda todavía muchísima vida por delante. Da miedo que la gente te tome como un referente cuando ni siquiera tú sabes por dónde te da el aire”. Sus palabras desprenden una mezcla de inocencia y dulzura propias de alguien que está viviendo un sueño y no quiere despertar de él.
Uno de los aspectos más llamativos de este negocio es la cantidad de seguidores que les son fieles. Pero para estos autores lo más importante es que, después de media vida escribiendo (son jóvenes pero empezaron siendo niños), han encontrado alguien que les comprende, y se produce una sintonía entre autores y lectores que posiblemente nunca antes se había dado. Antes, si tenías suerte, podías intercambiar unas palabras con tu autor favorito en una firma de libros, pero a través de las redes están en contacto continuo con sus lectores y obtienen un feedback inmediato con el lector. Algo que para otros sería la peor de las pesadillas, ellos lo gestionan con naturalidad, exponen su vida en sus versos, pero se saben poseedores de una capacidad de transmitir sentimientos que hará que sus lectores se sientan plenamente identificados con lo que leen. “Al publicar algo te despojas de una parte de ti y la compartes con el resto, y el resto no lo relaciona directamente con mi persona, sino que se identifica con ello y lo hacen suyo, como si les hubiera pasado a ellos”. Sara Bueno comenta este sentimiento con la emoción de haber vivido recientemente su primer fin de semana de firmas en la feria del libro de Madrid.
Cada vez son más los que optan por conectarse a su canal de YouTube favorito para matar el tiempo libre en lugar de tirarse frente al televisor a ver lo primero que les echen. Los consumidores de contenidos tienen más alternativas de ocio y la poesía se ha creado su propio espacio. Más de 100.000 me gustaen Facebook, Instagram o YouTube son algunas de las cifras que manejan estos jóvenes autores, y lejos de asustarse han creado un movimiento literario propio de los grandes autores. Se saben lejos de Benedetti, Neruda o Bécquer, pero trabajan cada día con ilusión para seguir la estela de sus referentes.

En definitiva, estos poetas todavía no tienen la repercusión del Rubius o Auronplay (dos famosos youtubers españoles) pero están plantando la semilla de la lectura y la cultura en muchos adolescentes. Si los escuchan pueden llegar a pensar que sólo son cursiladas con buena música de fondo, pero si tienen la paciencia de seguir navegando entre sus voces llegará ese momento en el que se sentirán plenamente ­identificados con alguno de sus textos y vivirán por unos segundos esa mística que les hará creer que eso que escuchan forma parte de su vida.

miércoles, 1 de junio de 2016

CIUDAD DEL HOMBRE.... FONOLLOSA


Ha costado 69 años tenerlo completo... pero por fin José Ángel Cilleruelo y Edhasa lo han hecho posible.  Ahora vamos a leer a Fonollosa completo y en condiciones... 
Gracias, José Ángel y Daniel.