"En un fragmento reciente hablaba de escribir en internet. Quisiera redondear un poco mis reflexiones.
En internet no se escribe, se publica. Y la escritura, como es lógico, sigue haciéndose como siempre: en solitario, ante la máquina o el papel. Eso es obvio, y en ese sentido no ha cambiado nada.
A lo que yo me refería cuando hablaba de exposición, y de dejar el culo al aire, es al hecho de que cuando cuelgas algo en la red queda automáticamente visible para toda una legión de capullos semiletrados que en otros tiempos no hubieran pisado una librería, y a cuyos ojos, en otras circunstancias, ese texto no hubiera llegado jamás. Es como desnudarse y exhibirse en el escaparate de un centro comercial. Hoy lee —¡y escribe!— gente que no tiene derecho ni a una cosa ni por supuesto a la otra. Y que encima opina.
Yo siempre he sufrido al publicar mis libros. Pero en la vieja realidad quedaba todo más discretito. Ahora es el acabose, y cualquier cosa que digas puede poner literalmente en peligro tu vida.
El proceso no empezó con internet; de hecho, empezó hace mucho tiempo (que se lo pregunten a Salman Rushdie). Pero internet ha llevado las cosas al delirio. Y no hay vuelta atrás. Vivimos el sueño de los artífices de la Revolución francesa: la dictadura absoluta, total e inapelable de la chusma."
Roger Wolfe 4.XII.2010
